Parroquia San Pablo Apóstol - Líneas Pastorales

PASTORAL PROFETICA
PASTORAL LITURGICA
PASTORAL SOCIAL

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LA PASTORAL INTEGRAL.

Cuando hablamos de “Pastoral Integral” es muy importante entender el sentido de estas dos palabras:

PASTORAL: viene de la palabra PASTOR. Cristo es el BUEN PASTOR ( Jn.10,14-16)
Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, a la acción salvadora de Dios se le compara con la acción de un Pastor, que cuida y da la vida por sus ovejas. (Is. 40,11; Ez.34).
La Pastoral es hacer presente la vida de Dios, es hacer que el hombre viva la vida de Dios. En este sentido es sinónimo de EVANGELIZACIÓN = Hacer presente a Cristo.
La Iglesia da el nombre de PASTOR a los responsables de predicar la Palabra de Dios, de ofrecer la santificación a los hombre y de guiar a los cristianos (El Papa, los Obispos y Sacerdotes = Son la Cabeza de la Iglesia).
Por razón del bautismo y la confirmación los Laicos participan a su medida de esta misión y responsabilidad pastoral.(Mt.20,1-8)
A la acción evangelizadora de la Iglesia que desempeñan el Papa, los Obispos, los Sacerdotes y los Laicos la llamamos: PASTORAL.

Con la palabra “INTEGRAL” se quiere decir que la acción pastoral, o sea la acción evangelizadora de la Iglesia, debe atender a todos los aspectos de la vida de Dios en nosotros en forma unida y no solo alguno de ellos. Por tanto, nuestra Pastoral es Integral si logra unificar los siguientes elementos:

Integrar a los Agentes de pastoral en unidad de equipo, se requiere que actúen en equipo.
Integrar la catequesis, la Celebración de los Sacramentos, los servicios de caridad y justicia, en una acción unida; se requiere que los aspectos profético, litúrgico y social vayan unidos.
Lograr orientar la diversidad de actividades parroquiales hacia un resultado común, establecido por Jesucristo, que es la realización del Reino de Dios en Comunidad. Se requiere tener como objetivo la formación de Comunidades según el Evangelio
Lograr organizar las diferentes actividades pastorales dentro de un plan de trabajo, esto es, que la acción pastoral debe realizarse a través de un Proceso de Planeación, en donde haya la participación de todos.

Estos cuatro elementos son indispensables para realizar una Pastoral Integral. Se puede entender su relación con el esquema.

I.- Los Agentes de Pastoral en Equipo.

Se llaman Agentes de Pastoral, todos los cristianos que colaboran con cierta constancia en algún apostolado, en la tarea de la Evangelización. (Sacerdote, religiosas, laicos.)
Ciertamente Cristo es el Único Salvador y su acción es la única que salva.
Cristo ha querido salvarnos mediante personas a quienes invita como colaboradores y a quienes encomienda su misión salvadora
Jesús comenzó su misión llamando a los 12 Apóstoles (equipo)
Jesús encomendó su misión al grupo de los Apóstoles para que la desempeñaran unidos entre sí.

Algunos datos de los evangelios:

Jesús llama a los apóstoles para que convivieran con El en grupo y luego así enviarlos a predicar (Mc. 3,14)
Los 12 apóstoles reciben la misión de Jesús en grupo (Lc. 9,1-16)
Cristo promete el Espíritu Santo a los 12 Apóstoles en grupo ((Jn. 14,15-17)
Cristo encomienda a los 12 Apóstoles en grupo la tarea de evangelizar el mundo (Mt. 28,16-20).
Después de la resurrección de Jesús, los Apóstoles experimentan la presencia del Espíritu Santo en grupo.

El ejemplo de Jesús con sus apóstoles nos da a entender que en una parroquia los Agentes de pastoral, Sacerdotes, Religiosas y laicos, no deben evangelizar cada quien por su cuenta, sino unidos en grupo, es decir, en equipo.

Para la integración de cualquier equipo de pastoral son indispensables algunos requisitos:

1.- Que haya relaciones fraternas entre los integrantes del Equipo en las cuales se cultive la confianza, la igualdad evangélica sin prepotencias de unos sobre otros, el interés mutuo no tanto lo que se hace, sino por lo que es. Ayuda mucho para lograr esto, realizar dinámicas de Relaciones Humanas.

2.- Que haya vivencia comunitaria de Iglesia entre los integrantes del Equipo. Participar en común, todos los Agentes, de la Palabra de Dios, de la Oración, de la fracción del Pan y de la ayuda mutua.

3.- Que haya corresponsabilidad pastoral entre los miembros del Equipo. Aportar, escuchar y saber escuchar. Participar en los distintos momentos de la acción pastoral.

Para un buen funcionamiento dentro de las actividades de la Parroquia, es bueno tener en cuenta la organización de dos Equipos:

El Consejo de Pastoral Parroquial. Es formado y convocado por el Párroco, con la representatividad de toda la parroquia. Se buscará cómo mantener su propia integración; estará atento a los problemas de la parroquia; establecerá y seguirá los pasos necesarios para promover los pasos del Plan diocesano de Pastoral; colabora en la planeación, programación y evaluación de las actividades de la parroquia. Este equipo es muy útil para la parroquia.

Los Equipos de servicios específico: Son aquellos equipos parroquiales integrados por agentes de pastoral, quienes teniendo capacidades o dones semejantes aceptan unirse entre sí para ofrecer un servicio específico a los demás ante necesidades específicas de la parroquia (liturgia, catequistas, coros, etc.) Los integrantes de estos equipos pueden provenir de los Grupos Asociaciones y Movimientos eclesiales de la parroquia, o no pertenecer a ningún otro grupo parroquial. Estos equipos manifiestan el grado de vitalidad de la comunidad parroquial y el grado de participación de los laicos dentro de la parroquia.

II.- El Contenido de la acción Pastoral.

El Contenido de la Acción Pastoral son las acciones fundamentales que debemos practicar y ofrecer a los demás para vivir la Evangelización de Cristo y la salvación de Dios, que deben ser las mismas que Dios ha mandado realizar tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, mediante Jesucristo para salvar al hombre. Estas acciones son:

La acción Profética: Anunciar la Palabra de Dios.
La Acción Litúrgica: Celebrar y recibir la santificación de Dios.
La Acción Social: Promover la justicia y la caridad para hacer de la sociedad un Pueblo de Dios.

a).- La acción Profética y la Pastoral Profética.

En el Antiguo Testamento Dios inicia, ofrece y manifiesta la salvación mediante la

Acción Profética.

El Profeta es el que habla en nombre de Dios; anuncia su Palabra, denuncia el pecado,

invita a la conversión, da testimonio con su vida y se familiariza con Dios y con el

pueblo.

En el Nuevo Testamento, Jesús actúa como Profeta (Mc. 1,14-15; Lc. 4,16-21)
Es reconocido como un Gran Profeta.(Lc. 7,16)
Es la primera tarea que encomienda a sus Apóstoles. (Mt.10, 5-18)
Es la primera tarea que empiezan a desempeñar los Apóstoles después de Pentecostés

(Hech.2,14-40).

A la Acción Profética que Jesús desempeñó y que encomendó a sus Apóstoles y en ellos a la Iglesia y que nosotros debemos realizar, la llamamos Pastoral Profética. Hacemos Pastoral Profética cuando anunciamos la Palabra de Dios, cuando tomamos conciencia y denunciamos los hechos y actividades que son pecado y se invita fraternalmente a la Conversión, cuando con nuestro modo de actuar vivimos y estimulamos a otros a que vivamos lo que pide el Evangelio. La Pastoral Profética es un contenido central de la ACCIÓN PASTORAL.

b).- La Acción Litúrgica y la Pastoral Litúrgica.

En el Antiguo Testamento el Pueblo de Dios va experimentando la presencia salvadora del Señor mediante varios hechos concretos: la liberación de Egipto, la Alianza en el Sinaí, la liberación continua de enemigos, etc. Y para que estos hechos de salvación siguieran siendo presencia salvadora para las nuevas generaciones, Dios mismo revela y pide que se les sigan haciendo presentes mediante celebraciones de actos de culto comunitario:

Oraciones: en las que se vivía un encuentro amoroso con Dios.

Actos de Iniciación: en los cuales se vivía la elección del Pueblo de Dios. (Circuncisión)

Actos de purificación: en los cuales se vivía la reconciliación con Dios.

Son celebraciones de de hechos salvadores de Dios, guiados por los Sumos Sacerdotes. Estos actos de Culto a Dios son acciones litúrgicas.
En el Nuevo Testamento, Jesucristo hace de toda su vida una acción permanente de Culto y Amor, de Obediencia, de agradecimiento hacia su Padre-Dios, culminando en su entrega total de sí mismo mediante su Muerte y Resurrección por la salvación de todos los hombres. Al mismo tiempo es Sacerdote y ofrenda.
Este acto de Culto supremo, Jesús lo celebra en la Última Cena con sus Apóstoles.
Pide a sus Apóstoles que sigan celebra y viviendo este hecho salvador “Hagan esto en memoria mía” (I Cor. 11,23)
Las celebraciones de la Misa y de los Sacramentos son acciones litúrgicas, por las que el hombre puede recibir el perdón y la santificación de Dios.
A la acción litúrgica que Jesús celebró y que encomendó a la Iglesia en la persona de los Apóstoles se llama Pastoral Litúrgica.
Hacemos Pastoral Litúrgica cuando promovemos la celebración de la Eucaristía y los demás Sacramentos.
La Pastoral Litúrgica debe prepararse con la Pastoral Profética porque mueve a las personas a aceptar la Palabra de Dios y convertirse. Así lo hizo Jesús.
Por otra parte, la Pastoral Litúrgica de las celebraciones debe orientarse a dar un nuevo sentido a la vida ordinaria social, de la familia , del trabajo, etc.
Por esta razón, el C. Vat. II nos dice: “La Liturgia es “la cumbre” a la cual tiende la actividad de la Iglesia, y al mismo tiempo es “la Fuente” de donde dimana toda fuerza” (S C 10).

c).- La Acción Social y la Pastoral Social.

En el Antiguo Testamento el Pueblo de Israel, al mismo tiempo que se convierte ante la Palabra de Dios y celebra los hechos de salvación, debe comportarse y organizarse toda su vida social, económica, política y cultural conforme a los mandamiento que Dios mismo va revelando mediante sus delegados (Abraham, Moisés, los Jueces, los Reyes y los Profetas). De manera especial le revela que en su organización social debe practicar la justicia y el derecho y auxiliar a los más necesitados. (Gn.18,19; Is.1,1-17)
En el Nuevo Testamento, Jesús se manifiesta como el Buen Pastor( Jn. 10,1-16)
Es el Camino , la Vedad y la Vida (Jn. 14,16)
Enseña que el Reino de los cielos es para aquellos que por amor comparten sus bienes y atienden a los necesitados (Mt.25, 24-36).
Enseña que la justicia está sobre la Ley misma (Mt. 23,23)
A sus discípulos les dice que “si su justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los cielos” (Mt. 5,20)
A la Acción Social de promover la justicia y el derecho, de asistir a los más necesitados, como lo ha revelado Dios y lo ha recomendado Jesús, se le llama Pastoral Social.
Se hace Pastoral Social cuando evangelizamos a la gente para que se organice y comparta sus bienes con los necesitados; para que sea más justa y tome conciencia de sus derechos y deberes sociales; para que asuma con más responsabilidad sus compromisos cívico-políticos, etc.
La Pastoral Social supone la Pastoral Profética y debe estar unida a la Pastoral Litúrgica.

Los tres aspectos deben ir unidos: Palabra de Dios, Celebración de los Sacramentos, la vivencia y el servicio de la caridad y la justicia para con el prójimo.

Los tres aspectos son de una y única acción pastoral: la de Cristo.

Unidos los aspectos Profético, el aspecto litúrgico y el aspecto social, hacen que el contenido de la Acción Pastoral sea Integral.

III.- El Objetivo de la Acción Pastoral: Formar Comunidades según el Evangelio.

Para determinar el objetivo de la Acción pastoral, o sea, el resultado que debemos alcanzar mediante la acción evangelizadora, es necesario darnos cuenta de cual fue el objetivo que Jesús tuvo en su misión, ya que nuestra acción pastoral no puede estar fuera del objetivo del Señor.

a).- La implantación del Reino de Dios.

El Evangelio nos descubre que Jesús tuvo como objetivo de su misión: Ayudar al hombre a vivir el Reino de Dios mediante la Conversión.
Así lo manifiesta desde su predicación inicial: “el plazo está cumplido, el Reino de Dios se ha acercado. Tomen otro camino y crean en la Buena Nueva” (Mc. 1,15).
Las actividades que Jesús realiza (la elección de los Apóstoles, la fundación de la Iglesia, su fidelidad hasta su Muerte y Resurrección, la encomienda que deja a su Iglesia en la persona de los Apóstoles para seguir evangelizando, la promesa de su asistencia permanente) que son la Acción Pastoral de la Iglesia, y por tanto, nuestra propia Acción Pastoral, no son en sí el objetivo de Jesús ni el resultado de su Misión. Son medios que Jesús utiliza. El resultado último de la Misión de Jesús en este mundo es: implantar el Reino de Dios.

¿En qué consiste el Reino de Dios que Jesús se ha propuesto como Objetivo?

Jesús nos revela el Reino de Dios con su predicación y sus hechos:

El Reino de Dios es vivir la Conversión Mt.4,17
Es vivir la fe y la liberación de toda esclavitud Lc. 4,16ss.
Es vivir la pobreza solidaria, la mansedumbre, la misericordia, la limpieza de corazón etc. Es vivir las Bienaventuranzas del Señor Mt. 5, 3-12.
Es liberar del pecado, dar salud y vida y atender a los pobres Lc.7,18-22.
Es convivir en fraternidad y compartir con los más necesitados Mt, 25,34-45.

Hacer y vivir el Reino de Dios es hacer y vivir estas obras. El Reino de Dios existe allí donde los hombres guiados por la luz y la fuerza del Espíritu Santo, anuncian, viven y hacen las obras que Jesús anunció, vivió e hizo. Esta es la tarea del apostolado en las Parroquias.

b).- Formar Comunidades según el Evangelio.

Jesús quiso que la vivencia del Reino de Dios se expresara en la vivencia de una comunidad de personas. El ingreso en el Reino, el crecimiento en él y la salvación eterna, se harían a través de los mismos hombres relacionados en Comunidad.

Cuando Jesús llamó a sus Apóstoles, los llamó para tres cosas fundamentales: (Mc. 3,13-15.)

Para que estuvieran con El y fueran sus compañeros (formar una comunidad con El y entre sí)
Para enviarlos a predicar anunciando el Reino de Dios.
Para expulsar los demonios, liberando a los hombres de toda esclavitud

Los Apóstoles buscaban obtener con su acción evangelizadora, que se aceptara a Cristo no solo mentalmente, sino que formaran una Comunidad en la cual, compartirían la Palabra de Dios, la Oración, la fracción del Pan y la ayuda mutua. (Hechos 2,42-47) y serían testimonio de vida individual, social y religiosa para los demás. (Hech. 5,12-16).

El aspecto comunitario del Reino de Dios y de la Iglesia, el C. Vaticano II lo señala afirmando: “Cristo, el Único Mediador, instituyó y mantiene continuamente en la tierra a su Iglesia Santa. Comunidad de fe, esperanza y caridad, como un todo visible” LG 8.

Si Jesús y sus apóstoles, en su acción evangelizadora, buscaron formar comunidades en las cuales los convertidos al evangelio pudieran vivir, experimentar y comunicar a los demás el Reino de Dios, es por eso que el Objetivo de nuestra Acción Pastoral debe ser: Formar comunidades según el Evangelio, en donde los hombres que aceptan a Jesucristo, vivan juntos los valores del Reino; en donde se comparta la Oración, la enseñanza de la Palabra de Dios, la fracción del Pan y la ayuda mutua; en donde se proyecten con espíritu misionero, conforme a la propia vocación y los dones recibidos, al servicio de los demás.

Si el objetivo de la acción pastoral es formar comunidades según el evangelio, las acciones particulares de la catequesis, de la liturgia, de los servicios sociales de caridad y justicia, de movimientos y asociaciones eclesiales, etc., deben ser medios para ese fin, deben orientarse a la formación de esas comunidades.

IV.- El Proceso de la Acción Pastoral.

Entendiendo la Acción Pastoral como la Acción Evangelizadora de la Iglesia, se sigue sintiendo la exigencia del proyecto de la Nueva Evangelización que promoviera el Papa Juan Pablo II en los años de los noventas: “Ha llegado la hora de emprender una Nueva Evangelización. Nueva en su ardor, en su método y en su expresión. Una Nueva Evangelización que despliegue con más vigor un potencial de santidad, un gran impulso misionero, una vasta creatividad catequética, una manifestación fecunda de colegialidad y comunión, un combate evangélico de dignificación del hombre, para generar un futuro de esperanza”.(Cfer. Redemtoris Missio). Sabemos que es un exigente proyecto no acabado ni plenamente realizado para toda la Iglesia; que nos pide todos les esfuerzos, capacidades y recursos para hacer presente el Reino de Dios en el pueblo, en sus distintos ambiente y culturas. Tan exigente proyecto, destinado a formar comunidades eclesiales maduras, reclama el trabajo de todos, esto es, nos exige una Pastoral de Conjunto que nos ayude a desarrollar todos los dones, carismas y servicios que el Espíritu Santo concede a su pueblo. Exige no solo la renovación de los cristianos, en su mente y en su corazón, y su compromiso de vivir la fe, anunciarla y testimoniarla a los demás, sino también la renovación de las estructuras pastorales, es decir de las organización de la Iglesia que no respondan a su misión y al mundo.

Se necesita un trabajo planificado a partir de la realidad, según un método que promoviendo la comunión y la participación, la ilumine con el Evangelio y el Magisterio de la Iglesia. Una buena planificación redunda en comunidades más unidas y preocupadas por la situación de los hermanos, que se suman a la construcción de una sociedad más justa y más fraterna.

Si la acción pastoral tiene como objetivo el formar comunidades según el Evangelio en las que se viva el Reino de Dios y si el Reino de Dios consiste en el nacimiento, crecimiento y maduración de un nuevo estilo de vida según el ejemplo y el espíritu de Jesús, dicha acción pastoral no podemos hacerla igual para todas las personas y para todos los ambientes, ni de una vez por todas. Hay que tener en cuenta las situaciones reales, sociales y la fe de las personas y desde allí ofrecerles por etapas o pasos los contenidos de la Evangelización que las lleven progresivamente hacia el objetivo de vivir el Reino de Dios formando comunidades según el evangelio.. Es decir, se requiere un Proceso.

Por “Proceso” entendemos aquí la secuencia lógica de etapas o pasos a seguir, de reflexiones y acciones, hacia un determinado objetivo. La obra del Reino de Dios y de la Iglesia, Cristo mismo la compara con el proceso que sigue el grano de mostaza desde su siembra hasta convertirse en árbol (Mt. 13,31-32). La compara también con el proceso que sigue la levadura para fermentar la masa Mt. 13,33). Por eso la acción pastoral no debemos hacerla de cualquier manera, ni según nuestros antojos, sino acomodándola a un proceso en el cual se tengan claros el punto de partida el punto de llegada, los pasos intermedios, los recursos y modos adecuados.